-¿Alguna vez te has preguntado por qué tengo los ojos oscuros?-
-No- respondió
Hace ya muchos años, vivía en un lugar donde la luz del sol penetraba en mi habitación casi a todas horas. Eran tan potenten los rayos, que incluso siendo de noche había que tapar la ventana para poder descansar un poco. Pero eso importaba poco. Nunca habíamos conocido la oscuridad; nuestro mundo estaba lleno de felicidad, calidez; la comida sabía más rica, los besos sabían mejor, los abrazos olían muy bien...
Un día, un gigante de otras tierras se adentró en nuestros confines. Arrancó las cosechas, secó los ríos, mutiló a las personas...y con la palma de su mano, tapó el sol. La gente comenzó a ser hostil al ver escasear la comida; los besos casi dejaron de existir...
- Dicen los ancianos que mis ojos se tornaron del mismo color que el ambiente, y que sólo un nuevo rayo de luz les devolvería su verdadera tonalidad. El gigante se llama Hostilidad...y tu misión será darle una poción reductora. ¿Serás capaz?-
La chica salió corriendo asustada...