Después de tantos años viajando en ese tren, era inevitable conocer otras historias. Historias de otros trenes pasados, de otros viajeros que habían empezado antes que yo.
Zarandeo, rechinar de ruedas. -¿Puedo sentarme a tu lado? +Prueba, pero te advierto que en cualquier momento me bajaré. -¿Hacia dónde vas? +Te he dicho que en cualquier momento me bajaré.
En realidad yo tampoco sabía mi rumbo; hacía mucho tiempo que este tren andaba...hacia delante o hacia atrás, no lo sabía...que tampoco me importaba mucho. Es más, ni una estación a la vista. Sólo podía consolarme eso...la compañía de un pasajero, y nunca mejor nombre para definirlos: "pasajeros". Sus historias podían concordar con la mía, pero no coincidir. No, no espero que coincidas conmigo; para eso tengo los cristales del vagón en los que reflejarme.
Parecía que crecía la complicidad aunque con mucho recelo. Me da igual, tiempo es lo que me sobra; mi viaje no ha terminado ni tiene fecha de llegada. Eso sí, te advierto que tengo experiencia ferroviaria, y me he vuelto tan rígido como las vías por las que transitamos. Quizás el sol las dilate a veces, las haga un poco maleables y el convoy corra peligro de descarrilar...Pero no será más que una turbulencia; el frío hará que vuelva a su forma original.
Y así fue, una noche de frío el tren paró en una estación. Yo siempre había estado en vela, pero el cansancio me pudo. No me avisó. Se bajó. Cuando desperté, de nuevo me encontraba solo. El cielo estaba nublado y amenazaba con lanzarme un llanto. Llorad, llorad; yo ya os dije que mis lágrimas se habían secado. Ya podéis revolverme las entrañas con un palo, que no lo conseguiréis.
Así que sigo mi viaje. Se ve que en la anterior estación no se montó nadie, sólo bajaron. No puedo saberlo; estoy atrapado en éste vagón desde hace mucho. He intentado abrir cientos de veces alguna de las puertas pero el picaporte está corrido.
Muchas veces me pregunto si este sería mi tren; si no me equivocaría de vía hace mucho y por eso me encuentro aquí. Ya no hay nada que hacer; sea el correcto o no, ya no puedo bajar. Siempre me quedará la duda, pero también la posibilidad de que una bifurcación me ponga en el camino correcto. -¿Alguien puede activar la palanca?- No, claro que no, seré yo quien deba cambiar de vía, aunque de momento sólo veo una larga recta con túneles.
Tengo ganas de dormir. Tengo ganas de despertar dentro de mucho tiempo. Tengo ganas de aparecer en un lugar distinto...No quiero volver a la estación de origen...