viernes, 18 de agosto de 2017

Y entonces todo paró

El tren llevaba tiempo a buen ritmo. Las paradas ya no eran eternas y por norma general no me bajaba en las estaciones por mucho tiempo. Un nuevo cátering había entrado en el coche-cafetería y la comida era mucho mejor; las camas de los habitáculos eran mucho más cómodas y el hilo musical alegraba el viaje.

El problema que tienen los buenos ritmos es que siempre quieres aspirar a más, y cuando te habitúas a un medio de transporte, mejor úsalo aunque tardes más en llegar. Pero obviamente no... eso sería seguir el sentido común, y en una de las estaciones decidí bajarme para buscar nuevos destinos. Me decidí por el avión. Era un poco más ancho que el tren, pero sin duda tenía menos comodidades.

"Abróchense los cinturones que despegamos". Tenía una mezcla de sensaciones... Por una parte, euforia por 'el nuevo mundo', por otra, miedo a lo mismo. Se hizo largo, sí, pero recorrí más que dos meses en el tren de siempre. Había llegado a un pueblo muy distinto a lo conocido... ¡Un pueblo sin trenes! ¡Qué disparate era ese!

Al principio iba mirándolo todo, estaba asombrado de lo distintos que podemos llegar a ser dentro del mismo globo, pero no tardé en volver a algo peor que un vagón. De pronto me encontré en una celda pero... ¿yo qué había hecho? No tenían derecho a quitarme mi libertad. Los barrotes eran de cristal, pero yo estaba muy débil como para romperlos y escapar de allí. Sólo había una ventana a la que no llegaba para ver el exterior; lo único que notaba era un aire húmedo que costaba respirarlo.

Un día a duras penas conseguí llegar hasta la ventana y asomarme. Estaba todo desierto y sólo se veía un cartel herrumbroso en el que con dificultad se podía leer "Villaoscura del Desaliento". Sin quererlo había llegado al pueblo hermano del que tanto llevaba huyendo, y estos sí que eran similares por muy distantes que estuviesen. Debía haber billete de vuelta, pero la fecha parecía no llegar.

Tanto tiempo de cautiverio hace sacar conclusiones, y la mía fue: 'vive aventuras pero escógelas bien, pues en el agua estancada crecen larvas que te pueden comer".


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